El pirata Gumersindo tiene su pata de palo, un cuervo que habla en inglés, un ojo tuerto y un garfio. Es un pirata pirata, el último que nos queda, parece recién salido de una película vieja. Para que cuente su historia, lo han llevado a la escuela. Habla de mares lejanos llenos de barcos fantasmas que sólo llevan a bordo almas de antiguos piratas. Les cuenta que un tiburón, grande como una ballena, de un mordisco que le dio, lo dejó cojo y sin pierna. Les habla de las sirenas, de las islas de coral, de tesoros y abordajes, del viento y la libertad. Ahora nadie quiere ser futbolista ni azafata. Después de escuchar su historia, todos quieren ser piratas.